Este
mercado cubierto es un hermoso edificio en forma de “L”, adosado a las fachadas
oeste y sur de la mezquita en Estambul. El Misir
Carsisi (bazar de las especias) recibe también el nombre de BAZAR EGIPCIO porque
antiguamente se dotoba por Egipto. El nombre de las bazar de las especias
recuerda que en otro tiempo se dedicó a la venta de aromatizantes, especias y
condimentos, asi como de plantas y drogas medicinales. El denso perfume de
Oriente que tanto impresionó a tantos escrotores occidentales. Sólo seis de las
ochenta y ocho tiendas se dedican aún a la venta de estos productos tradicionales.
La entrada al bazar es un importante cuerpo de guardia cuya planta superior
alberga un excelente restaurante, el Pandeli.
La salida se efectúa por una de las dos puertas situadas en el ángulo de la “L”.
La de la derecha desemboca en la Hasircilar
Caddesi (avenida de los Tapiceros), paralela a la carretera del cuerno de
oro. Una de las entradas de la Rustem
Pasa Camii (la mezquita Rustem Pasa) se encuentra aproximadamente a 200
metros. Una escalera abovedada conduce hasta el patio porticado de la mezquita,
construido sobre una terraza que se eleva sobre pequeños puestos y almacenes.
Los baños turcos (hamams) recuerdan mucho a las
termas romanas. Son unos edificios grandes de piedra cuyos muros interiores
están revestidos de mármol o de estuco. Las bóvedas están caladas por orificios
recubiertos por campanas de vidrio que deja que penetre la luz del día. Las
salas se cierran con unas puertas forradas de cuero para conservar el calor.
Los baños turcos sorprendieron y al mismo tiempo sedujeron a los viajeros
occidentales. En el siglo XVIII, Jean Thévenot hizo una minuciosa descripcíon
de los hamams en su Viaja al Levante: “Describiré el de Tophane, cercano a uno
soberbia mezquita, pues se trata de uno de los más hermosos que he visto. Se
entra por una vasta sala cuadrada, de unos 20 pies de largo y con un techo muy
alto. A lo largo de los muros de esta sala se suceden unos bancos de madera.
Son tan largos como el muro, la mitad de altos y están cubiertos por esteras.”
Las cartas de Lady Montague, que visitó los
baños de Edirne y de Estambul, alimentaron
la inspiración del pintor ingles, que realizó en 1862 un cuadro sobre este
tema: El baño turco. La imaginación
occidental ha convertido al hamam y al harén en los dos polos de inspiracion de
una visión exótica y erótica de oriente. Las descripciones que estos lugares
ofrecieron los pintores franceses e italianos que visitaron Estambul,
acrecentaron esta fascinación. Lady Montgue señala el valor social y a veces
ambiguo de lso hamams femeninos; los baños son para las mujeres lo que el café
para los hombres.